Como elegir un modem
El módem es ya un elemento imprescindible en todo computador, de su calidad y de su correcta instalación y configuración depende casi todo en una conexión a Internet. Sin embargo en la mayoría de las ocasiones no sabemos que tipo de modem tenemos instalado, o cuando vamos a adquirir uno, resulta difícil elegirlo. Entre las palabras técnicas y confusas que rodea todo lo referente a los módems, cualquier usuario de estos dispositivos debería tener claros algunos conceptos que le servirán para poder diferenciar un módem de otro a la hora de decidir cual es la compra que más le conviene.
* Que es un modem?
Modem viene de la union de dos palabras inglesas: modulador y demodulador. Puesto en palabras simples, modem es el equipo que permite que dos computadoras se comuniquen entre sí usando las líneas telefónicas.
* Eligiendo un módem
1.- Modem externo: Estos modems presentan la ventaja de que se instalan facilmente, con el cable adecuado prácticamente cualquier modelo deberá funcionar tanto en un PC como en un Macintosh o en cualquier otro tipo de computador. Este tipo de modem es ideal si tenemos necesidad de moverlo constantemente de un computador a otro. Sin embargo su costo es superior a los modems internos.
2.- Modem interno: Son los más baratos, ahorran espacio físico porque van dentro del computador y además toman directamente la energía de éste, por lo que no se necesita la fuente externa de electricidad como en el caso de los externos. Pero sólo pueden ser utilizados por la plataforma concreta para la que fueron diseñados (PC o MAC), debido a que se conectan directamente a una ranura interna del computador.
3.- Además de estos dos formatos (internos o externos) existen modelos propios para portátiles, tanto compatibles PC como Macintosh, que sólo funcionan en los sistemas que los soportan, mientras que también se puede optar por módems en formato de tarjetas PC Card (también conocidos por su denominación antigua, PCMCIA) que funcionarán sin problemas en cualquier computador (portátil o no) con soporte para éstas.
Una vez elegido el tipo de módem (interno, externo o PC Card) deberá comprobar que cumple, en general, estas características:
1.- Capacidad / velocidad.
Es a lo que la mayoría de los usuarios se refieren como “velocidad” es en realidad “capacidad de transferencia de información”, que se refiere al número de bits que el módem es capaz de transferir en un cierto período de tiempo (normalmente un segundo). La mínima capacidad que recomendamos actualmente es 28.8 kilobits por segundo. Si desea lo último en velocidad, entonces elija un modem de 56 kbps. Anteriormente dos tecnologías diferentes competían por la supremacía de 56 kbps: 56 Kflex desarrollado por la compañía Rockwell y X2 desarrollado US Robotics (ahora 3Com). Estas tecnologías son incompatibles entre sí, pero ya están en vías de desaparecer, porque la Unión Internacional de Telecomunicaciones ya aprobó en Febrero de este año el protocolo V.90, que es el estándar mundial para 56 kilobits por segundo. Todos los modems se fabricarán con esta tecnología.
2.- Plug-and-Play.
Si va a instalar un módem bajo Windows 95 es especialmente recomendable que esté preparado para que el sistema lo reconozca sin problemas (que sea Plug-and-Play). En caso contrario la configuración e instalación puede suponer un dolor de cabeza, especialmente en los modelos internos.
3.- Actualización vía software.
La manera más eficaz para actualizar un módem es sustituirlo por otro nuevo. Aún así puede “alargar” un poco la vida útil de este dispositivo si se decide por un módem actualizable vía software (si es por hardware seguramente no merecerá la pena). La mayoría de los módems actuales de 33,6 Kbps son actualizables a 56K por software, del mismo modo que algunos modelos a 28,800 lo son a 33,600. La principal ventaja es que esta actualización habitualmente es gratuita y la puede hacer el propio usuario con sólo bajarse el software correspondiente desde el sitio web del fabricante. Sin embargo la norma V.90 es muy reciente y, aún una vez actualizado, existe la posibilidad de que el viejo hardware, aunque operativo, no sea capaz de exprimir al máximo las nuevas posibilidades.
* Finalmente ¿Qué modem debería comprar?
Seguramente con sólo haber buscado un poco se encuentre con un montón de módems de muy similares precios que cumplen las especificaciones anteriormente mencionadas. Es fácil reducir a sólo un puñado el número de candidatos si aplica estas sencillas reglas a la hora de decidirse:
– Opte por una marca conocida y con representantes en el país. Aunque la mayoría de los módems llegados a través de importadores dan buenos resultados, luego suele ser más difícil contactar con el fabricante para conseguir actualizaciones o en caso de problemas o necesidad de contar con soporte técnico especializado. Un buen módem habitualmente es algo más caro que el precio medio de los genéricos o “sin-marca” pero también suelen resultar más fiables.
– Infórmese sobre el soporte técnico que da cada marca y visite el sitio web de cada una de ellas en busca de información. Huya de aquellas marcas que no tengan presencia en Internet y compruebe si podrá actualizar a través de la Web los controladores del módem, el software e incluso la memoria del módem de cara a
futuras normas.
– Investigue cuáles protocolos soporta su proveedor de Internet. De nada sirve tener el mejor modem si no es compatible con el servicio que ofrece el proveedor de Internet. Por ejemplo, si se decide por un modem que use V.90 y el proveedor usa 56 Kflex no logrará la conexión a 56 kbps.
– Decidase por la máxima capacidad que pueda pagar. Si puede permitirse un módem de 56K en lugar de uno de 33,6K no lo dude: aunque no vaya a usar ahora mismo toda su capacidad dispondrá de compatibilidad tanto hacia atrás como hacia adelante.
Un vistazo a la prensa especializada podrá orientarle, igual que pedir consejo a amigos, a otros usuarios o en la propia Internet si puede acceder de alguna manera. Si no está seguro de qué tal resultará el módem de sus sueños, trate de comprarlo en algún sitio donde le garanticen la devolución del dinero si el aparato no le satisface.