La tecnología y su papel ante los fenómenos ambientales

Por Leandro Ramírez 

Según las primeras estimaciones, los daños causados por Fiona en República Dominicana superarán los 375 millones de dólares. No sólo eso, el huracán dejó al menos cinco muertos en el Caribe y muchos residentes sufren las secuelas del primer gran fenómeno natural de la temporada del Atlántico de este año.  

Si revisamos las estadísticas, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre 2005 y 2012 los desastres naturales se cobraron 240 mil vidas en América Latina, mientras que más de 57 millones de personas fueron afectadas por este fenómeno. En esta línea, y llevado a términos materiales, la región se vio perjudicada por un total de 85 mil millones de dólares en ese período. Si miramos a futuro, datos facilitados por las Naciones Unidas estiman que para 2050 las pérdidas económicas derivadas de los desastres naturales ascenderán a 300 mil millones de dólares con un balance de 100 mil víctimas mortales anuales. 

Leandro Ramírez es vicepresidente de Oracle para Centroamérica y El Caribe. 

Según el estudio “TIC durante Desastre Naturales en América Latina”, publicado por 5G Américas, estas tecnologías pueden ser vitales para la alerta y prevención de desastres naturales, así como en la coordinación para la asistencia durante emergencias y en las tareas de recuperación.  

A través de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) se puede informar en tiempo real alertas; ayudar a rescatistas a mantenerse comunicados, así como organizar el envío de ayuda y recolección de donaciones. Las redes sociales han jugado un papel trascendental en estas circunstancias transmitiendo consejos, alertas, información, movilizando y organizando a las personas. La detección temprana de los desastres naturales no basta si no se informa de manera inmediata la población de la situación de alerta. Una vez que ya sabemos de la existencia de una emergencia, Internet es el medio a través del cual los ciudadanos se mantienen al tanto de lo que sucede. Esto puede ser vital a la hora de tomar decisiones que salven bienes y vidas humanas.  

Un desastre natural también puede poner en riesgo los datos, por lo que un plan de recuperación ante desastres bien diseñado ayudará a continuar con el servicio a los usuarios. Es así como las estrategias de back up -a través de tecnologías autónomas- evitan la pérdida de información y de tiempo de inactividad de manera simple y económica al mantener una réplica física sincronizada remotamente de una base de datos de producción en la nube. De esta forma, ante una emergencia se requiere sincronizar la base de datos de uso habitual con la que se empezará a manejar en otra región en caso de desastre. 

En este sentido, las tecnologías de nube deben apuntar a resguardar las bases de datos en regiones remotas utilizando capacidades de seguridad y protección. Por su parte, las plataformas de almacenamiento deben ofrecer un respaldo rentable, escalable y de bajo costo que permita consolidar la infraestructura de bodega como parte integral de una estrategia de recuperación y copia de seguridad de bases de datos. Mantener los datos a salvo durante fenómenos naturales extremos, marca una diferencia para empresas de todos los tipos y es un factor vital cuando se habla de recuperación.  

Entonces la tecnología se convierte en un recurso indispensable que está a la mano de todos: los dispositivos móviles, las aplicaciones y las redes sociales ayudan a que cada individuo se convierta en fuente de información con la que las autoridades podrán desplegar todo tipo de acciones antes, durante y después de una eventualidad natural, de tal manera que entre todos se podrá mitigar el impacto y, sobre todo, salvar vidas.